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Un buen emprendedor no nace, se hace. Emprender es crear el trabajo de tus sueños, elegir a qué tipo de público te diriges y hacer lo que te gusta. ¿Qué más puedes pedir?
Estoy seguro de que muchas veces te has preguntado: ¿A quién debo seguir para ser exitoso? Hoy te digo, empieza con Homero Simpson.
¡Ah, ¿No me crees?! Déjame decirte por qué.
En el libro «La empresa según Homer Simpson», de los autores Fernando Montero y Rafael Galán, afirman que el personaje más querido y también el más odiado de todo Springfield es un empresario modelo, digno de imitación. Hoy conocerás los ingredientes para ser un emprendedor exitoso, como Homero Simpson.
El esposo de Marge Simpson siempre intenta alcanzar nuevas metas en su vida para mejorar las condiciones financieras de su familia. No importa si falla, su actitud siempre es muy positiva. Él confía en sí mismo, defiende sus ideas, es persuasivo y nunca se detiene esperando que ocurra algo, siempre actúa.
Su suerte constante le permite mantener una vida cómoda. Homero nunca trabajó para ocupar su puesto dentro de la planta nuclear, por lo que siente muy poco amor por su empleo. Sin embargo, en cuanto tiene una oportunidad, toma confianza y comienza con un nuevo negocio. La valentía es uno de los valores más importantes de cualquier empresario.
Homero convence a los consumidores de sus productos y servicios de que él posee la solución a sus problemas. Y sabe también que “la respuesta a cualquier problema de la vida está en la televisión”. ¿Y qué mejor ejemplo que el jingle que compuso cuando compró un camión quitanieves? Pero además, invirtió en una campaña de marketing e imagen corporativa para la difusión de su marca. A simple vista puede parecer una inversión significativa, sin embargo, si quieres llegar a más clientes potenciales, los servicios promocionales son esenciales.
Cuando el gobierno de Springfield implanta la ley seca, Homero orquesta una red para contrabandear cerveza. Tras la aprobación del matrimonio gay, lo nombran sacerdote y organiza bodas en su cochera cobrando una módica cantidad. Aunque no todos los negocios que este personaje emprende son legales, podemos rescatar que Homero no se amedrenta con nada y siempre demuestra que su espíritu emprendedor puede más que cualquier contratiempo. Recuerda esto: “A veces, la gente nunca sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas”.
Después de estar decepcionado con el robo de la fórmula de la “Llamarada Homero”, Simpson nunca renunció a la idea de ser un millonario. Aprender esa importante lección lo ayudó a luchar contra los quiroprácticos y su oligopolio. ¿Cómo? Desarrollando una de las herramientas definitivas que aliviarían para siempre el dolor de espalda: su “cilindro medular milagroso del doctor Homero”. Aunque en este episodio no logró patentarlo, la lección es clara: “Un buen emprendedor puede caer, pero siempre sabrá cómo levantarse”.
Cuando Homero Simpson y su familia tuvieron que dejar su casa en Springfield e instalarse en la vieja granja donde nació, él se dispuso a convertirse en terrateniente. Sin embargo, al percatarse de que las semillas que había plantado no germinaban con rapidez, decidió adulterar el terreno con plutonio enriquecido. ¿El resultado? Un gran éxito. El producto creado era una mezcla de tomate y tabaco que podía ser consumido también por menores de edad, lo cual despertó el interés de la empresa de cigarrillos Laramie, quienes ofrecieron una cuantiosa suma de dinero por la patente. Homero no es rico porque no quiere, pero desperdició una nueva oportunidad al intentar obtener más dólares por parte de la compañía tabacalera. Manuel Torres, director comercial de la revista Ebocame, asegura: «La innovación puede ser la punta de lanza de la empresa y abrir las puertas al crecimiento. Por eso hay que fijarse en Homero, él lo hace con gran facilidad».
Esta herramienta te ayudará a triunfar. El Sr. Simpson lo supo y por esa razón creó una compañía de servicios informáticos llamada “Compuglobalhipermeganet”. Homero no tiene sus objetivos definidos, sus conocimientos sobre Internet son básicos, pero su gran ambición y espíritu emprendedor pusieron nervioso a más de uno, incluyendo al mismísimo Bill Gates. “El uso de la tecnología te permite hacer sondeos de mercado sin invertir mucho y atacar con mayor certeza. Te ayuda a saber en qué mercados entrar y en cuáles es mejor no meterse”.
Homero ha dedicado muchas horas e ilusión a otros cientos de trabajos más, además de los que te mencioné. Ha comercializado azúcar y grasa de animal. Ha sido crítico gastronómico, gerente de guardería, conductor de ambulancias y distintos camiones, incluyendo un carro de helados. Ha sido inventor, artista conceptual y de performance, paparazzi y representante de estrellas. Homero asume riesgos y nada lo detiene, ni siquiera su puesto en el sector 7-G de la Central Nuclear.
Los tres requisitos indispensables que todo emprendedor debe tener, nuestro personaje los tiene. Él siempre mira hacia adelante y su objetivo principal es ser un triunfador, esa es la mayor fortaleza que existe. Sumado a su ambición, osadía y valentía. Es cierto que Homero es de manera general una muestra de todo lo que no se debe hacer. Sin embargo, no podemos negar que su espíritu emprendedor es un modelo digno de ser imitado.
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